Líder agrario, político comprometido y figura clave en el desarrollo cívico de Romita, Guanajuato
Francisco Bedia nació el 3 de diciembre de 1893 en Romita, Guanajuato, en el seno de una familia de valores fuertes, trabajadores y comprometidos con el cambio social. Hijo de Felipe Bedia de las Cajigas y Vicenta Centeno, creció en un México marcado por la inestabilidad postrevolucionaria y los profundos cambios que trajo consigo la Constitución de 1917.
Educado en el Colegio Díez de Sollano en León, Francisco fue parte de una generación de jóvenes que decidió participar en la reconstrucción del país a través de la política. Sin haber participado en combate, su familia era simpatizante del obregonismo, e incluso ofrecieron su casa para alojar a miembros del ejército de Álvaro Obregón durante la Revolución. Esta cercanía con el movimiento triunfante marcaría su camino en la vida pública.
Junto a su hermano Frumencio, Francisco se integró en la política municipal y estatal durante las décadas de 1920 a 1940. Ambos fueron reconocidos por sus aportaciones al desarrollo agrícola de la región y la fundación de la Asociación Agrícola Local, que fortaleció los derechos y la organización del campo romitense. Su influencia alcanzó también el ámbito político nacional: en los años treinta, Francisco logró consolidar un grupo de aliados que lo postularon como candidato a diputado federal al Congreso de la Unión.
Entre sus aliados se encontraban figuras como el Lic. José Luis Ibargüengoitia y Chico, Pedro Lona, Zenaido González, Víctor Pérez y Ramón Arévalo, así como líderes agrarios respaldados por importantes gobernadores de la época, entre ellos Enrique Colunga, Antonio Madrazo y Agustín Arroyo. Sin embargo, los tiempos eran difíciles: la política estaba aún marcada por la violencia. Durante una noche de kermés en el Jardín Hidalgo, un intento de agresión terminó con la muerte de su atacante. Aunque actuó en defensa propia, Francisco se exilió de Romita y no llegó a ocupar su curul en el Congreso.
Durante su exilio, fue administrador del ingenio azucarero de la hacienda de La Mora, en Jungapeo, Michoacán. Tras el fallecimiento de su madre Vicenta y su hermano Frumencio, regresó a Romita y participó activamente en la campaña presidencial de Manuel Ávila Camacho. Su trayectoria le valió el ofrecimiento de una Delegación del recién creado Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guadalajara, propuesto por su amigo el Lic. Ignacio García Téllez, fundador del organismo. Sin embargo, Francisco declinó el cargo por motivos personales y familiares.
Ya de regreso en su pueblo natal, asumió el cuidado de las propiedades familiares y las de sus hermanas solteras, María Guadalupe, Carmen y María Luisa, hasta que ellas contrajeron matrimonio. Años más tarde, sufrió una embolia que lo dejó hemipléjico. Aunque logró cierta recuperación, su salud y la economía familiar se vieron severamente afectadas.
Francisco Bedia falleció el 13 de septiembre de 1972, habiendo sido testigo y protagonista de los profundos cambios sociales, agrarios y políticos que definieron el México del siglo XX. Su historia refleja el compromiso silencioso pero firme de quienes, sin ambición personal, apostaron por el bienestar colectivo y por construir comunidad desde la trinchera local.
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